De la lucha por preservar la tierra a la lucha por conservar el mar. A veces parece que el ser humano, o al menos una parte importante de la especie, está empeñado en trazar la senda hacia su extinción y mejor pronto que tarde.
El 27 de septiembre de 2002, 10.000 personas salieron en la calle en Lanzarote para exigir “ni una cama más”. Sucedió hace una década, en tiempos de frases célebres, como la del político majorero que dijo algo así: “¿Desarrollo sostenible? Muy bien. Pero yo prefiero el desarrollo a secas”.