Resulta harto complicado explicar a los ciudadanos de Teguise y, por ende, de la isla de Lanzarote lo perjudicial que está siendo para la política y para el municipio teguiseño la mayoría conseguida e infrautilizada por el alcalde Oswaldo Betancort y sus concejales.
El municipio está paralizado, preso de la prepotencia y soberbia de un hombre que tiene a Teguise como plataforma de lanzamiento de sus aspiraciones personales y políticas, abusando del “pan y circo” para tapar sus continúas mentiras y sus complejos de subalterno en las filas de Coalición Canaria.