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Carlos Espino

Carlos Espino

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Un cómplice en el interior

Si el teléfono sonando de madrugada sobresaltó al inspector Murray, no fue nada en comparación con el estado en el que le dejó la noticia: Habían robado en Fort Knox. Aquello que parecía imposible, había sucedido.

Dos tazas de café, una rápida ducha y sobrepasar todos los límites de velocidad que le permitirían situarse en la escena del crimen en apenas una hora, fue todo uno.

Los agentes que le avisaron se habían limitado a desatar a los guardias de seguridad, para no correr el riesgo de estropear posibles pruebas. Ya con Murray delante interrogaron a los testigos, quienes declararon sospechar que habían sido adormecidos con algo que les mezclaron con la cena.

La dificultad de acceso al interior del recinto ponía en cuestión aquellas palabras. Pero lo más sorprendente era corroborar que todas las alarmas estaban desconectadas y las cámaras de seguridad apagadas. Y más insólito: La puerta de la bóveda había sido abierta limpiamente, con la llave y la combinación de seguridad; no se detectaban señales de violencia.

Murray meditaba en la cámara vacía con los ojos entrecerrados. Tras un largo silencio y varias caladas a su cigarrillo, abrió los ojos y, una vez más, dio pruebas de por qué estaba considerado como el mejor investigador del FBI, al concluir: Existe un cómplice en el interior.

Cierro la novela y trato de emular a Murray. Tras un café, tiro de cigarrillo con mis ojos entrecerrados y ordeno los hechos que conozco sobre el “atraco al territorio”:

Se inmoviliza a los “guardias” de la Oficina del PIOL con recusaciones y se abre la puerta al comisario político y al yerno del abogado de los infractores, que entran sin impedimento al núcleo del Cabildo donde se toman las decisiones.

Se inutilizan los informes judiciales con un documento que sostiene que son erróneos, después de haber servido para que el Cabildo ganara todos los procedimientos.

Se suspende la iniciativa legislativa que imponía compensaciones a los propietarios de hoteles sin licencia y se propone utilizar de manera tramposa utilizar el artículo 47 del Texto Refundido de la Ley de Ordenación del Territorio y los Espacios Naturales de Canarias, para suspender la ordenación que provocó la anulación de las licencias...

Abro los ojos y exclamo: Existe un cómplice en el interior.

Lástima que no pueda cerrar esta maldita novela porque es la pura realidad.

 

Carlos Espino

Secretario General de los Socialistas de Lanzarote