El Cabildo de Lanzarote ha aprobado el inicio de la declaración de Bienes de Interés Cultural (BIC) de tres edificios en Arrecife, los tres situados en la Calle Real: el antiguo Hotel Oriental, el Mercadillo y el antiguo edificio Tamaragua. Lo hemos hecho en aplicación de la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias, que fue aprobada por unanimidad por el Parlamento autónomo en 2019, y que obliga a los cabildos y a los ayuntamientos a proteger y conservar el patrimonio cultural.
La alcaldesa de Arrecife y parlamentaria del Partido Popular, Astrid Pérez, también votó a favor de la citada Ley. Pero, así como el Cabildo ha decidido proteger bienes de indudable valor patrimonial, la alcaldesa ha optado por esgrimir una serie de argumentos, que van desde la falta de conocimiento de las normas a las medias verdades, para tratar de justificar su falta de interés a la hora de aplicar la Ley de Patrimonio Cultural.
Hablemos claro: proteger significa cumplir con la Ley. Proteger equivale incluir los bienes culturales en alguno de los instrumentos de protección —BIC o catálogos— y no dejarlos indefensos frente a decisiones caprichosas. Y como la incoación de los BIC es una competencia del Cabildo, hemos decidido asumirla con responsabilidad. En el caso que nos ocupa, se trata de tres edificios de indudable valor patrimonial, por lo que no se trata de una decisión arbitraria o poco fundamentada.
“En el Cabildo hemos optado por informar a la ciudadanía”
Mientras la alcaldesa de Arrecife arenga a la población llamándola a la insumisión contra la Ley de Patrimonio Cultural, en el Cabildo hemos optado por informar a la ciudadanía mediante una campaña explicativa. Nuestro Servicio de Patrimonio está a disposición de cualquier persona que desee confirmar aspectos esenciales, como que no se han suspendido las licencias urbanísticas otorgadas, ni en los tres BIC ni en sus entornos. O que el entorno de protección se ha delimitado al mínimo. O que en estos tres edificios se permite no sólo la rehabilitación del inmueble, sino que, en algún caso, también se permite la ampliación y obtener mayor altura.
En el caso del Mercadillo, estaba afectado por una declaración previa de BIC que había decaído, y ahora se ha vuelto a delimitar un entorno de protección idéntico al anterior. Para este caso, sí se limitan a dos alturas las nuevas edificaciones que se construyan en el entorno de protección. Nada nuevo, por otro lado, ya que el Plan General de Ordenación de Arrecife en vigor establece que, para anchos de calle inferiores a 6 metros, sólo se permitirá una sola planta, alineada en fachada y una segunda retranqueada 3 metros de la alineación.
“Proteger no es prohibir”
Por otro lado, el antiguo Hotel Oriental ha formado parte de varios Catálogos Municipales en las últimas décadas. Con anterioridad a la declaración, el Cabildo había comunicado al Ayuntamiento, en numerosas ocasiones, la existencia de valores en el citado inmueble, sin que aquél se diera por enterado. Por el contrario, el Ayuntamiento otorgó licencia a un proyecto de obras que supondría su vaciado interior, que fue informado negativamente por el Servicio de Patrimonio Histórico y que dictó medidas cautelares que dejaron en suspenso la autorización municipal. Ante la dejadez del Ayuntamiento, se ha procedido a declararlo como BIC por ser uno de los inmuebles más sobresalientes del patrimonio insular.
Finalmente, el antiguo edificio Tamaragua forma parte de uno de los conjuntos de casas altas más significativos de Arrecife. Pese a ello, la alcaldesa se dedica a sembrar dudas cuando, si quisiera conocer de verdad lo que supone la protección de un edificio, puede acercarse a la calle Manolo Millares y comprobar cómo ha quedado el proyecto realizado en la antigua Librería Lasso. Es una actuación ejemplar que satisface las legítimas aspiraciones de la propiedad, a la vez que aporta calidad arquitectónica y paisajística a la ciudad.
No me canso de repetir que proteger no es prohibir. La Ley de Patrimonio Cultural permite realizar obras en los citados inmuebles, por lo que la declaración de BIC no paraliza la ejecución de las obras, sino que tan solo las somete a una autorización previa por parte de la Comisión de Patrimonio Histórico.
Ariagona González Pérez, consejera de Patrimonio Histórico, Industria y Energía del Cabildo de Lanzarote.