El Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto sobre la mesa unos Presupuestos Generales para 2022 con el mayor gasto social de la historia de nuestro país para reforzar el Estado del Bienestar. El dato es demoledor: de cada diez euros de los Presupuestos, sin fondos europeos, seis se destinarán a inversión social. Pero, a la vez, contemplan la mayor inversión para cambiar el modelo productivo y hacerlo más moderno, sostenible, verde y cohesionador.
Estos Presupuestos ya están en el Congreso de los Diputados y, nada más llegar, han enviado dos mensajes muy claros. El primero es a una oposición sin sentido de Estado y echada al monte del trumpismo y la deslealtad institucional. A esta le decimos que el Gobierno tiene la intención de agotar la legislatura, porque ahora no tocan elecciones sino trabajar juntos para reconstruir un país castigado por la crisis del coronavirus.
El segundo mensaje que se envía a la derecha y a la ultraderecha es que, con estos Presupuestos, perseguimos una recuperación justa para hacer de España un país más productivo, más competitivo y sostenible, garantizando que la mejora económica llega a todas las familias. Por lo tanto, pueden irse olvidando de medidas que perjudiquen a los más débiles y a las clases medias, como ocurrió con la crisis financiera de 2008.
Frente a los deseos catastrofistas de la oposición, todos los organismos internacionales prevén que España recupere los niveles de actividad económica y supere los niveles de empleo previos a la pandemia. Viene una fuerte recuperación y estos Presupuestos han sido diseñados para que la recuperación sea justa, puesto que procuran que todos los colectivos sociales cuenten con más recursos y mejores servicios públicos.
Además, le damos la espalda al austericidio que caracterizó la salida a la crisis anterior, ya que las reglas fiscales siguen suspendidas en Europa y existe un amplio consenso de que hay que mantener los estímulos económicos para que la recuperación económica no se frustre. Por lo tanto, aunque la reduciremos, la deuda pública no va a ser un lastre para recuperarnos, mal que le pese algún supuesto liberal.
Hay una novedad tributaria que no ha pasado desapercibida. Los Presupuestos incluyen el establecimiento de un tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades, una medida que cuenta con el respaldado de 130 países de la OCDE y que persigue frenar la competencia fiscal global que perjudica a todos los estados, puesto que merma los recursos de los que disponen para dotar servicios y políticas públicas.
Gracias a estos nuevos ingresos, los jóvenes, por primera vez, cuentan con un capítulo propio dentro de los Presupuestos, los mayores percibirán un aumento de sus pensiones, los trabajadores y las trabajadoras del sector público verán mejoradas sus retribuciones, y la ciencia y la innovación recibirán fuertes estímulos presupuestarios. Nuestro compromiso se extiende a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a la igualdad de género y a los derechos de la infancia.
Asimismo, las políticas de dependencia, sanidad y educación contarán con más recursos que nunca. Para la protección de los más vulnerables, el Gobierno dotará con 4.436 millones el pago del Ingreso Mínimo Vital y las prestaciones familiares. Del mismo modo, el feminismo atraviesa todo el Presupuesto, ya que prácticamente un 90% de los programas que lo integran contribuyen a la lucha por el cierre de la brecha de género.
Por último, los Presupuestos que el Gobierno ha remitido al Parlamento recogen los 27.633 millones de euros que nos corresponde percibir por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Esta importante inyección a la inversión española significa que, prácticamente, nueve de cada diez euros de los fondos europeos de 2022 se destinarán a inversiones. Las grandes beneficiarias serán las pymes con inversiones dedicadas a la modernización, transformación y digitalización del tejido productivo, la recuperación del turismo o el impulso a un país emprendedor.
También hay agoreros en Canarias, a pesar de los casi 900 millones de euros de inversión directa para el Archipiélago que recoge el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año que viene. Eso, sin contar otros 410 millones de euros para dar cumplimiento al Convenio de Carreteras Canarias-Estado que, en su momento, vulneró el Gobierno del PP. En efecto, la recuperación justa alcanza a nuestras islas, erigiéndose en una de las primeras comunidades autónomas con mayor inversión por habitante en el Estado.
No hay duda, nuestro país se ha puesto en marcha de nuevo y nos permite encarar el futuro con optimismo.