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Carlos Espino

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Con la venia, Señoría

Don Antonio Castro Feliciano, Señoría, con su venia, y con todos los respetos que me merece la alta responsabilidad que le corresponde como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, quisiera manifestarle mi enorme sorpresa por unas declaraciones suyas, en las que muestra su preocupación porque la conocida como operación Jable “daña la imagen de Lanzarote al salir todos los días en los telediarios nacionales, pero sobre todo, la imagen de los imputados en el caso”


En mi ingenuidad, yo pensaba que le preocuparía garantizar que el Juez de Instrucción gozara de todo su respaldo. Que ni él, ni el fiscal, pudieran sentirse presionados en lo más mínimo. Que dispusieran de cuantos medios y apoyo precisasen.


En mi proclamada ingenuidad, y reconociendo mi total ignorancia de los vericuetos de los órganos responsables de impartir justicia (no confundir en ningún caso con la Justicia misma), pensaba que le preocuparía saber qué ha pasado, por qué se ha llegado hasta aquí, por qué después de tanto contencioso, de tanta denuncia periodística, e incluso judicial, existía entre determinados políticos, empresarios y técnicos la práctica certeza de que eran impunes.


Don Antonio, Señoría, ¿sabía usted que, en determinados casos, hace ya algún tiempo y antes de comenzar la operación Unión, algún fiscal no acudía a los interrogatorios iniciales del ex alcalde de Yaiza, al que luego se le ha descubierto un patrimonio inexplicable? ¿sabía usted que, en alguna de las sentencias que han anulado licencias ilegales, se da como hechos probados el relato de prácticas irregulares y no se ha deducido testimonio para que actúe la fiscalía? ¿sabía usted que en algún caso a algún fiscal, diferente al anterior, se le ha impedido actuar debido a que sólo había conocimiento del supuesto delito por la prensa? ¿sabía usted que se ha celebrado en uno de los hoteles ilegalizados jornadas organizadas por la administración de justicia canaria?


Discúlpeme Don Antonio, Señoría, pero si algo ha puesto de relieve la magnífica instrucción de la Operación Unión ha sido una más que vergonzante dejación por parte de la justicia (no confundir en ningún caso con la Justicia misma).


Por supuesto Don Antonio, Señoría, que igual reproche asumo a título personal y en nombre de mi partido, pues la responsabilidad de que Lanzarote haya llegado hasta aquí a todos nos toca en mayor o menor medida y no quedará dispensado el PSOE, y yo como su responsable insular, de pedir disculpas a la ciudadanía, la gran perjudicada por los acontecimientos que ahora se desvelan.


Pero por favor, Don Antonio, Señoría, con todo el respeto, no vuelva a preocuparse por la imagen de Lanzarote. Sobre todo ahora, cuando ya esa imagen la han machacado miserablemente los que han hecho de la ley papel mojado, sembrando el convencimiento de su impunidad. La imagen de Lanzarote saldrá reforzada, limpia, como la imagen de una sociedad capaz, con ayuda de la Justicia (en este caso la Justicia misma), de expurgar comportamientos intolerables, incompatibles con una sociedad en la que primen los valores democráticos mas esenciales, entre ellos, y de manera destacada, la igualdad ante la ley.


Señoría, Don Antonio, la prensa refleja una realidad fea, obscena y miserable. Piense que si ese reflejo es desagradable no es más que eso, el reflejo de una realidad enferma que ahora toca sanar.


Gracias por su papel como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias y que por fin haya Justicia.