No existen recetas mágicas. La unidad de todas las administraciones del Estado, el Gobierno y la oposición, las organizaciones empresariales y sindicales, los partidos políticos y el conjunto de la sociedad civil es la argamasa que nos permitirá sobreponernos con éxito a los estragos económicos y sociales que está dejando tras de sí la pandemia de la covid-19. Pero la unidad es muy difícil de construir y, a la vez, es muy fácil que se desmorone si no se la alimenta constantemente con diálogo permanente y acuerdos sólidos.
La unidad es muy frágil y, por eso mismo, un auténtico tesoro en los momentos de extrema dificultad como los que estamos atravesando. Así que la primera regla a tener en cuenta es no caer en las provocaciones de quienes buscan sembrar la discordia para quebrar la unidad, incendiar el clima de diálogo y recurrir a una escalada de palabas gruesas y exabruptos para que desviemos la atención de la extraordinaria tarea que tenemos por delante. Debemos armarnos de paciencia y templanza.
Con argumentos no los vamos a convencer, así que no debemos perder ni un segundo en ellos para centrarnos por completo en la unidad de quienes sí están por la labor para superar la crisis ocasionada por el coronavirus. En todo caso, nuestra respuesta debe ser reforzar la sanidad pública; reactivar la economía y modernizar el modelo productivo español; fortalecer la protección social, los cuidados y mejorar la fiscalidad; y redefinir la posición de España ante la Unión Europea. Esta sí que es una respuesta contundente en el terreno político.
Estos son los cuatro ámbitos de acción de la comisión parlamentaria para la Reconstrucción Social y Económica presentada ante el Congreso de los Diputados, de forma conjunta, por el PSOE y Unidas Podemos, y en la que, además de diputados, podrán participar expertos de diferentes disciplinas. Lo deseable es que esta Comisión concluya sus trabajos con prontitud, y eleve un documento de conclusiones y propuestas que puedan ser asumidas por todos para que podamos alinearnos en la reconstrucción de nuestro país.
Ahora bien, tampoco podemos pecar de ingenuos. Ya sabemos lo que piensan la derecha y la ultraderecha de esos cuatro pilares para reconstruir España. Nosotros proponemos reforzar la sanidad pública, y ellos la precarizan y la privatizan; nosotros pretendemos modernizar el modelo productivo, y ellos quieren seguir con el viejo régimen de privilegios; nosotros vamos a fortalecer la protección social y hacer que los que más tienen paguen más impuestos, y ellos se ponen malos de rabia sólo con oírlo; y nosotros queremos una Europa solidaria y que mantenga a raya a la extrema derecha como hace la canciller alemana, y ellos… pues eso, son la derecha extrema.
A pesar de las dificultades y los obstáculos, no desistimos de intentar sumar a quienes piensan diferente en el proceso de reconstrucción de España. Pero nos parece objetivamente irrenunciable hacerlo desde los cuatro pilares antes citados para robustecer el estado del bienestar y poniendo el énfasis en la transición energética para frenar el cambio climático. Y, claro está, sin dejar a nadie atrás: familias, trabajadores, autónomos y empleadores.
Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.