Imagínate, Espino, ya ves, a ver, a ver, que un montón de gente dice que tienes que dimitir, Espino, pero hombre, que te ha imputado un juzgado de Arrecife porque Astrid Pérez, presidenta del PP de Lanzarote, considera que has cometido delitos graves durante tu gestión al frente de los Centros Turísticos del Cabildo, si, Espino, lo dice Astrid Pérez, que así lo aseguró en un consejo de administración del EPEL de los CACT´s, sin papeles, a tumba abierta, porque ella es así, del PP, y como corderitos los del cuatripartito del Cabildo, si hombre, los de la moción de censura de todos contra el PSOE que colocó a un presidente-cantinero, tal cual se autodefinió el individuo en sede cabildicia, pues eso, sin mirar ni a derecha ni a izquierda, sin encomendarse a dios ni al diablo, sin estudiar un solo papel que sugiriera, acaso por encima, tus delitos, pues que se fueron al juzgado, con la abstención activa de los otros miembros del consejo de administración del EPEL-CACT´s, o sea, porque lo dice Astrid Pérez, una de “la banda de los cuatro”, nada que ver con la Revolución Cultural, PP-PIL-CC-PNL, que funciona a modo de amable subcontrata de los capos cannonieri que insisten en la compraventa de Lanzarote y que apuestan, cuales eficaces medianeros-cantineros, por Astrid, por Sanginés, por Cándido, por Machín, por los del PNL, para que continúen haciendo el trabajo sucio mientras los Coll y otro que paseaba el perro de su director loan hasta la náusea las trapisondas diarias de los corruptos y estos ejecutan la operativa marcada por nuestra terrible N´dranguetta local, o sea, que diría Astrid, eliminación sistemática de obstáculos tipo oficina del PIOT o departamento de Patrimonio Histórico y vía libre a la prevaricación, el blanqueo de capitales, la asociación ilícita de malhechores, el cohecho, el soborno, el fraude, el nepotismo, la entrega vergonzante de las instituciones democráticas al primero que aparece y dice que quiere hacer un icono en el Islote del Francés, la persecución sin descanso a los que apuestan por la ley y la decencia y la dignidad, a saber, la FCM, el PSOE, los medios de comunicación no esponsorizados, con un ejército de Blackwater a sueldo encabezado por un editorialista beodo cuyos artículos son el producto final del delirium tremens, imagínate, Espino, hasta uno que se dice portavoz del PIL pero que funciona a modo de voluminoso vocero del que continúa a buen recaudo en una celda de Tenerife II, asegura que debes dimitir, y no se pone colorado, aunque fuentes de su propio partido lo califican de “charlatán”, en fin, Espino, nada nuevo bajo el sol ahora tibio de Lanzarote excepto los corruptos habituales comprando y vendiendo alcaldes, periodistas, caballos, terrenos que habrá que recalificar, abogados, funcionarios, bancarios, sentados al fresco siciliano mientras vigilan a Astrid, al “nuevo cantinero del chiringuito”, a Cándido, ligeramente preocupados porque han oído, así, al soslayo, que a lo peor Dimas sale por Navidad y le da un siroco y vuelve con la cantinela de que él es un ardiente Robin Hood del volcán que le-quita-a-los-ricos-para-dárselo-a-los-pobres y uno recuerda las cebollas impagadas, las malversaciones del Complejo Agroindustrial, las compras de concejales, y hasta nuestra peculiar Camorra especialista en levantar hoteles ilegales se pone de los nervios, a ver que viento le va a dar a éste, ya sabes, Espino, se ha convertido en un obstáculo para que nuestra mafia del cemento, ahora que tiene tan bien amarradita a la dirigencia del PP, del PIL y del PNL, y a la parte ladrillera de CC, saque la cabeza, tras su desfile cutre por los juzgados capitalinos imputados ellos, los mafiosos, digo, en gravísimos delitos de corrupción a causa de actuaciones nauseabundas relatadas prolijamente en los sumarios de “Unión” y “Jable”, y con Astrid, y Cándido, y el PNL, y el Excmo. Presidente de la Cantina Insular echando horas para ver como le salvan el pescuezo a los que mandan, a aquellos que los han colocado ahí apartando rastreramente a los socialistas a condición de que solucionen ciertos problemillas urbanísticos que amenazan con demoler todo lo fabricado de Las Breñas para abajo, incluido el pastiche antiestético donde “El Pachi”, símbolo casposo del poder de nuestros poceros vernáculos, se balancea al son de las olas del sur, mientras el pusilánime cártel del hormigón se devana los sesos para ver que hacemos con Espino, y con el PSOE, consumado el fracaso de financiar y publicitar una “corriente crítica” en el partido, tras acabar sus próceres en Tahiche, y hasta las narices de inyectar dinero en teles, radios y digitales que no consiguen tumbar a los socialistas, aún con editoriales de beodo o “aguachirris de culichichis” cada vez más cansinos, más rijosos, más “jimenezlosantos”, más cercanos a la conversión de un oficio precioso, el de periodista, como lo definió García Márquez, en la profesión más sucia del mundo, pero es lo que hay, Espino, y lo sabíamos cuando decidiste llamar a la UCO y denunciar un intento de soborno, sabíamos que te esperaba un calvario, que iban a ir a por ti, que quedaba abierta la veda de la cacería al secretario general del PSOE de Lanzarote y que los perros que azuzarían contra ti tendrían forma de hermanos Coll, de ex redactor jefe paseante de perro de director, de dirigentes de PP-PIL-PNL-CC, de icono en la Rocar, y hasta de algún ex trotskista amargado, pero esto es así, Espino, porque les tocaste las narices, y el bolsillo, y te pusiste de frente y dijiste que por aquí no pasaban, e hiciste públicos sus negocios sucios, sus sobornos a periodistas, su soberbia infinita, y pusiste en la calle al que se autodefine como “el empresario más importante de Lanzarote”, sus medianeros políticos lo llaman “filántropo”, y pasaste olímpicamente de los Coll y de sus exigencias, y sacaste de quicio al presidente-cantinero, y pusiste de los nervios a Astrid, te lo juro por Snoopy, y sobre todo, te colocaste frente a los corruptos, junto a la inmensa mayoría de los ciudadanos de esta isla, y cifraste en un exiguo porcentaje a aquellos que practican el latrocinio diario y no conocen otra forma de vivir la vida que delinquir a todas horas y hasta te plantaste con Dimas y lo expulsaste, de acuerdo con todos los socialistas, de las instituciones democráticas, y eso, Espino, se paga, quién te has creído que eres, y por todo esto, Espino, Astrid fue al juzgado, sin saber muy bien porqué, pero fue, porque así se lo ordenaron, porque, Espino, tienes que dimitir, Espino, porque eliminando al secretario general del PSOE de Lanzarote salvan el principal obstáculo para continuar haciendo de esta tierra y de su gente un sucio negocio particular, por todo eso, Espino, tienes que dimitir.
Espino, ni un paso atrás. Ni para coger impulso.