Pocos días después del estallido de la "Operación Unión", los socialistas de Lanzarote lanzaron públicamente una pregunta a Coalición Canaria y al Partido Popular: "¿pactarían ustedes en las instituciones de la isla con el PIL, fuerza política terriblemente infectada por la pandemia de la corrupción?". La respuesta es afirmativa, y se concreta en la presentación de una moción de censura de todos contra el PSOE en el Cabildo de Lanzarote. El otro partido corrupto, el de José Francisco Reyes, se suma con gracia a una operación diseñada en los despachos de los ilegales.
Los poderosos no podían seguir permitiendo que los socialistas interfirieran en sus turbios negocios inmobiliarios. Quien entiende el mundo empresarial como un soborno permanente de alcaldes y concejales, quien lleva grabado en su frente el ADN de la corrupción y está convencido de que las leyes se promulgan para burlarse de ellas, no podía seguir permitiendo que los socialistas dijeran ¡basta! Por eso encontraron fácilmente los ingredientes para intentar borrar de la faz de la tierra al PSOE: el PIL, partido intrínsecamente corrupto; el PNL, una suerte de sucursal inmobiliaria propiedad de un individuo; el sector cementero de Coalición Canaria, a saber, Jesús Machín, Sergio Machín y otros; los hermanos Coll, prestos a cambiar independencia periodística por un puñado de euros; y una extensa y fétida cohorte de abogados, funcionarios, periodistas, políticos, garrulos, tertulianos, frikis y demás, todos unidos por una causa común: a por el PSOE.
A pesar de ello, uno, iluso, cree todavía en las personas: Pedro Sanginés, obsesionado de manera enfermiza con Carlos Espino, no es un corrupto. Astrid Pérez, desesperada por desalojar al PSOE de las instituciones, no es una corrupta; Cándido Reguera, frito por ser alcalde de Arrecife, no es un corrupto; aparentan ser gente normal, así que uno no entiende que hacen mezclándose con PIL o PNL, organizaciones éstas cuyo concepto de la política camina íntimamente ligado al cohecho, la prevaricación, el tráfico de influencias o el soborno. Sigo convencido de que los largos tentáculos de los poderosos, de los ilegales, de los cuatreros del territorio, de los patronos de los hermanos Coll, todavía no los han tocado.
Todos contra el PSOE. No está mal. En 2011, elecciones locales. Un año y medio de oposición socialista, de OPOSICIÓN SOCIALISTA, así con mayúsculas. Suena bien. Y Jesús Machín, al frente del contubernio. El otro día, en un arrebato intelectual, citó a Julio Iglesias: "tropecé dos veces con la misma piedra", Jorge, en alusión a la traición de Dimas cuando quiso ser senador. Un crack. Un héroe. Cantinflas, en estado puro.