La implantación de la Televisión Digital Terrestre (TDT) en todo el territorio español ha supuesto una indudable mayor calidad a la hora de sintonizar imágenes en el receptor (excepto cuando se pixela la pantalla y nos quedamos "in albis"), y al mismo tiempo, la constatación de que sectores de extrema derecha, ultramontanos y enemigos de la convivencia democrática, han descubierto un medio para acceder directamente a las conciencias de los ciudadanos sin necesidad de concentrarse en calles y plazas para lanzar vivas a Franco, a Pinochet o a Mussolini.
Hablo de Libertad Digital, Veo TV, Grupo Intereconomía, Popular TV y algún que otro conglomerado local cuyos objetivos finales persiguen socavar la democracia, golpear las libertades civiles, negar los progresos políticos y sociales y señalar a la izquierda en su conjunto, y en particular al PSOE y a su Gobierno, como los culpables de cuantos males y desastres azotan a la patria. Se trata de atacar lo público en su totalidad: a las instituciones democráticas, a sus representantes elegidos como dispone el orden constitucional, a los sindicatos, a jueces, fiscales, policías y guardias civiles que se limitan a hacer su trabajo con corrección, a medios de comunicación imparciales, a ONG´s señaladas por pseudo-fascistas como cercanas al PSOE... Se busca deslegitimar el sistema democrático, y se pone como ejemplo "lo bien puestos que los tiene Berlusconi".
Tienen apoyos. Sectores cerriles y nostálgicos del pasado, así como damnificados en repartos de poder que se han quedado fuera. Los obispos, que han ordenado pasar a degüello a ZP porque los socialistas aprueban leyes inspiradas por el diablo, como la que considera un derecho interrumpir el embarazo; miembros del Poder Judicial anclados en una administración de justicia cateta y retrógrada; asociaciones neo-nazis tipo Falange de las Jons; el PP, que calla y asiste con una sonrisa a los ataques contra la democracia.
Son una suerte de ultraderecha que dicta sentencias en la TDT y que llama a no colocar en la casilla correspondiente a "fines sociales" una parte de nuestro IRPF y cambiarla por la iglesia católica, integrista y talibán que persiste en España. Cada noche, en Intereconomía, en Libertad Digital, en Veo TV, se alienta el odio al Gobierno y se jalea a personajes tan absolutamente impresentables de la política española como Esperanza Aguirre o Jaume Matas o Mayor Oreja. Jiménez Losantos se burla de Rajoy porque lo considera "blando", frente a la guerra sin cuartel que propone contra la izquierda. Gritan, calumnian, mienten y difaman, presuntamente en nombre de la unidad de España aunque en realidad, claman por el retorno de la caverna. Son trogloditas digitales, una especie singular de cromagnoides con píxeles que funcionan a modo de mercenarios mediáticos. Hacen telebasura por kilos.
En Lanzarote, existe una equivalencia. Lancelot TV.