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Carlos Espino

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La hora de los militantes

Los Socialistas Canarios nos hallamos inmersos en el proceso de elección de nuestro nuevo Secretario General. La renuncia de Juan Fernando supone la celebración de un congreso extraordinario que llevará al Partido Socialista a elegir el veinte de marzo a la persona que liderará el proyecto socialista hasta el próximo congreso y a elegir, el día siguiente, la plancha de compañeros y compañeras que le acompañarán en la nueva dirección regional.


Previamente, habrá de celebrarse las correspondientes asambleas locales que permitirán conformar las listas de delegados y delegadas que decidirán con su voto quien encabezará la dirección de los Socialistas Canarios.


A lo largo de este proceso se sucederán, ya han comenzado, las quinielas. Las “fuentes bien informadas” adjudicarán apoyos a uno u otro candidato. Lanzarote con fulano, Fuerteventura con mengano, el Hierro con zutano...que se lo digan a Bono. Llegaba al congreso federal con todo atado y bien atado, según las “fuentes bien informadas” y, sin embargo, los compañeros y compañeras eligieron a un desconocido de ojos claros, mirada limpia, sonrisa fácil y discurso ilusionante que no sólo ganó el congreso, sino que nos llevó a los socialistas a convertirnos en la primera fuerza de este país.


Y es que hay que recordar que el Partido Socialista, más que ningún otro partido, es de sus militantes. Más de ciento treinta años de historia nos han permitido configurar una cultura propia, basada en una fuerte disciplina y una enorme lealtad a las direcciones legítimamente elegidas, pero con una enorme consciencia de que esas direcciones emanan del ejercicio libre y soberano del voto en los congresos.


Por eso, cualquier suma previa de apoyos, cualquier balance de teóricas adhesiones, proceda de las especulaciones de los medios, o de los análisis de “destacados militantes”, no puede ser más que una entretenida y estéril especulación, pues el resultado del congreso extraordinario del 20 y 21 de marzo no está predeterminado, nadie tiene escrito su guión.


Tres candidatos, con diferentes trayectorias y de perfiles netamente diferenciados, habrán de competir por los votos de los delegados y las delegadas, para lo que han comenzado por realizar una gira por las diferentes islas y agrupaciones buscando el contacto directo con los compañeros y las compañeras, en un cuerpo a cuerpo próximo, cercano, que les permita generar confianza e ilusión, en busca del respaldo necesario para alzarse con la victoria en el congreso.


Como Secretario Insular, he disfrutado del placer de acogerles en Lanzarote, de ponerme a su disposición para organizarles entrevistas con la prensa y los encuentros con los hombres y las mujeres del PSOE en Lanzarote. Es ese el papel de las direcciones insulares. Tal vez otros, más libres por no ocupar cargos orgánicos, puedan hacer uso de su libertad y organizar grupos de apoyo a uno u otro candidato o discutir sobre las virtudes de cada uno de ellos. Por el contrario, el aparato del Partido tiene que revestirse de una exquisita neutralidad y permitir que los militantes y, posteriormente, los delegados junto con los candidatos asuman íntegramente el protagonismo.


Ahora, inmersos en una fiesta democrática reservada a los militantes socialistas, en la que no caben ni se aceptan injerencias ni mediáticas, ni empresariales, los socialistas nos volcamos en conocer a nuestros candidatos y en el proceso de elección de delegados y delegadas.


No es mal ejercicio, no es mala forma de empezar, dentro de muy poco el ganador habrá de solicitar la confianza de los hombres y mujeres de Canarias. También sin guión, tan sólo con la obligación inexcusable de volver a ser primera fuerza. Se lo debemos a esta tierra y a su gente.