El alcalde de Arrecife ha descubierto finalmente una ocupación de dudosa rentabilidad para alguno de los numerosos “asesores” (singular denominación que el primer edil utiliza a la hora de designar a los veintisiete enchufados de PP-PIL-PNL en el ayuntamiento capitalino), cuyos sueldos abonan vía impuestos los ciudadanos de la capital: redactar un artículo de opinión donde se recogen las inquietudes, obsesiones y paranoias de Cándido Reguera sobre la tarea opositora del PSOE.
Dura tarea la del “negro”, esto es, escribir a sueldo y rubricar con el nombre del que paga, Cándido en este caso, para atacar a los socialistas ante el temor de que en mayo de 2011 se haga realidad la pesadilla del alcalde: perder las elecciones, que las gane el PSOE, defraudar a Soria, responder al iracundo propietario del Islote del Francés (“y ahora, ¿qué hay de lo mío?”), caer en la melancolía profunda tras gastar ingentes cantidades de dinero público en pagar periodistas, tertulianos y fotógrafos para que conviertan la inauguración del bordillo de una acera en un acontecimiento mediático sin precedentes. Sería una catástrofe.
No obstante, el/la escribiente de Reguera podía haber aprovechado la ocasión para desligar a su jefe de recientes y desafortunados incidentes protagonizados por miembros del PP. Sin ir más lejos, pronunciarse contra las manifestaciones del australopiteco impresentable que Rajoy mantiene en la alcaldía de Valladolid y cuyos comentarios tendrían encaje perfecto en una radio local que dedica las mañanas de los viernes a chistes y chascarrillos zafios, cutres, xenófobos y machistas a modo de monólogos misóginos de políticos en activo pertenecientes a PNL y CC.
Lavado de imagen, en suma, para un alcalde absolutamente desorientado, carente de proyecto político para la ciudad, obsesionado con el PSOE, que accedió a su cargo abrazado a políticos corruptos del PIL y que colocó de mano de derecha a un millonario, a quien contribuye mes a mes a hacer un poco más rico con nómina municipal. Durante su mandato, Arrecife se ha colocado al frente de las ciudades con más desempleados de Canarias, y su proyecto estrella, la privatización del servicio municipal de guaguas y posterior entrega a una empresa afín, ha sido cancelado por la presión de los trabajadores, el eficaz trabajo sindical y la influencia del PSOE. El alcalde continúa sin aclarar el número de puestos de trabajo creados tras el ruinoso concierto de Alejandro Sanz, que amenaza con descalabrar la hacienda municipal, y cuando intenta explicar su idea del “icono” en el Islote del Francés no puede evitar que trascienda su papel de mero gestor inmobiliario del propietario. Las políticas sociales en la ciudad no existen, básicamente porque para el PIL el bienestar ciudadano equivale a beneficencia a cambio de votos. Humo, puro humo, convenientemente expandido por un conglomerado mediático aleccionado para loar al alcalde a cambio de sustanciosos ingresos con el dinero de todos.
Imagino que estas son las consecuencias de pactar acuerdos políticos con los poderes fácticos que atenazan al PP de Lanzarote: empresarios corruptos que exigen a los representantes públicos contraprestaciones, en forma de desmantelamiento de servicios administrativos que ejercen su tarea con decencia (Oficina del PIOT del Cabildo, Unidad de Patrimonio Histórico…), funcionarios, abogados, periodistas, que pasan la bandeja y recuerdan día a día a los dirigentes del PP que si hoy gobiernan en las instituciones es porque así lo han decidido ellos. Una suerte de siniestra N´dranguetta local, con ramificaciones en una celda de la prisión Tenerife II, y de la que forma parte con letras de oro la dirigencia actual de la derecha política, económica y social de Lanzarote.