Felicidades, Francisco Cabrera, por la iniciativa. Enhorabuena, Pedro San Ginés, por el respaldo al proyecto. El homenaje al artista lanzaroteño Pancho Lasso ha sido un acto sobrio y entrañable, cargado de contenido y necesario para con un creador injustamente poco conocido, pero cuya obra y trayectoria le hacen sobradamente merecedor de la distinción recibida.
Aunque reconozco mi inicial reparo a las ofrendas florales, panegíricos y reconocimientos públicos varios, la vida me ha hecho considerar estos actos como imprescindibles. Cuando una sociedad homenajea a uno de sus hijos, no solo hace justicia con sus méritos; en cierta medida, los hace suyos, al mostrarse capaz de reconocer y aplaudir esos valores.
Como elemento central del reconocimiento a Pancho Lasso y recordatorio permanente del hombre y su obra, se ha instalado en la marina de Arrecife, por deseo expreso de la familia, la pieza “Homenaje a la Internacional”. Sonoro título que algunos, parapetados tras un incomprensible prejuicio ideológico, se empeñan en llamar “Homenaje a la música”.
Las emotivas palabras de Rosalía, hija del escultor, de una enorme entereza teñida de emoción, dibujaron un relato maravilloso que no debiera caer en el olvido. Contó cómo conoció en su niñez el original de la obra, que su padre guardaba cuando llegaban algunas visitas; cómo ocultaban su significado y su nombre para eludir problemas; cómo se referían a ella, en aquellos años de represión y miedo, de ideologías cercenadas y discurso único, como “Homenaje a la música”, escondiendo el verdadero significado de la figura que alza el puño: el homenaje al himno socialista y el deseo de que todos los obreros del mundo se unieran y fueran libres.
Hoy, gracias a la libertad que hemos conquistado y a las palabras de Rosalía Lasso, el verdadero título y significado de la obra podrá permanecer en la memoria colectiva de Lanzarote y de su gente, dejando atrás la indignidad y el atropello de tener que travestir su alma.
Carlos Espino
Secretario General de los Socialistas de Lanzarote