Bueno, aún recuerdo cuando me afilié al PSOE, ilusionado por cambiar la sociedad desde mi humilde posición de simpatizante y trabajador público. Corría el año 2012 y en el ambiente de la calle se respiraba cierto pesimismo, con una crisis económica evidente, una reforma laboral que no acababa de contentar a nadie, un paro juvenil terrible... Algunos queríamos pelear para que las cosas cambiaran, porque la situación sigue siendo la misma, o peor que entonces.
Recuerdo a Marcos como un compañero integrador, abierto al diálogo, resolutivo y siempre dispuesto a ayudarte y a escucharte con una sonrisa. Le pedías consejo, te lo daba, y al final te dejaba la sensación de que habías sido tú el que le había aconsejado a él. Me sentía feliz de poder ayudar al partido, de colaborar en actos, campañas y de tratar con ayuda de los míos de transformar la sociedad aplicando políticas de izquierdas.
Siempre he pensado en la fuerza del conjunto, en lo importante que es que todos puedan aportar su granito de arena, y sobre todo sentirse partícipes de que sus ideas se reflejen en programas y en proyectos para mejorar nuestra sociedad.
Pero desgraciadamente, de un tiempo para acá, en el seno del partido esto no ocurre. Muchos te miran como adversario y no como compañero por el simple hecho de no compartir ideas, cuando deberían tener claro que compartiendo la misma ideología de izquierdas se pueden tener puntos de vista y argumentos diferentes.
Me he sentido huérfano cuando se han tomado decisiones sin contar conmigo y con la militancia, cuando he escuchado a compañeros quejarse de que sus opiniones no se tienen en cuenta, cuando he visto que un partido obrero se convierte en un partido jerárquico donde aplaudimos la supremacía de un par de líderes viendo como acaparan puestos orgánicos y públicos.
Desde mi humilde opinión de militante de base, hago un llamamiento para cambiar el PSOE en Lanzarote, para que entre todos construyamos un partido horizontal, para que no tengas que rogar o esperar tres meses para reunirte con un compañero, cuando ahora en elecciones internas te llaman para prometerte la luna sólo con avalar.
No podemos ser cómplices de las injusticias, porque sino seremos partícipes de lo que tanto nos quejamos, y es precisamente lo que defendemos, la igualdad, la equidad, y la solidaridad lo que está en riesgo.
Me quedo con una frase que se me grabó en la mente cuando recibí mi carné socialista y que hago propia todos los días: “Somos socialistas no para amar en silencio nuestras ideas, ni para recrearnos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes”
Entiendo que Marcos Hernández Guillén representa esos valores y por eso es mi candidato.
Suerte compañero. Un cordial saludo socialista.
Abraham Romero