La política, en términos generales, es complicada. Ejercer como político podría decirse que es una profesión de alto riesgo, estás constantemente a juicio y en el punto de mira de todos los que te siguen, y de los que no te siguen también. Por eso, creo que una de las primeras estrategias que aprendes es no esconder las manos cuando te comunicas, símil de transparencia y honestidad, que no tienes nada que ocultar. Está claro que cuando uno no tiene secretos se desarrolla con más facilidad, trabaja más a gusto y vive más tranquilo. Por eso me pregunto, ¿por qué el Gobierno de Tías esconde las manos? ¿Qué secretos tienen en realidad?
Recientemente, ha salido un artículo con un ranking que establece al municipio de Tías en el primer lugar, pero lo siento, no es un puesto del que estar orgullosos. ”Somos”, según el Comisionado Canario en el Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias), los menos transparentes de la isla, los que más secretos ocultamos… Ahora entiendo por qué no se desarrolla un municipio con un potencial enorme de menara adecuada, ni se trabaja con facilidades, ni vive tranquilo y a gusto en su hogar.
Ahora entiendo la famosa frase <<no es oro todo lo que reluce>>. Desgraciadamente, tenemos un gobierno en el municipio de tías que presume de ser y de tener un portal de transparencia, pero que no es transparente. Un gobierno al que se le solicitan informes y lo único que tiene como respuesta son evasivas, como cuando le dices una ”mentirijilla” piadosa a tu madre para que no te eche la chola encima. Yo lo llamo ”mala praxis política”, y estarán de acuerdo conmigo cuando expreso que ser honesto con uno mismo y con los demás es lo que verdadera confianza da. Esa confianza que otorgamos con toda nuestra esperanza al votar, pero que luego no es devuelta. Sinceramente, yo me sentiría decepcionada.
Sé que no es fácil ser sincero con uno mismo, ni tampoco con los demás, pero de donde yo vengo, cuando te has equivocado reconoces, asientes y buscas una SOLUCIÓN, nunca un culpable. Aquí, ninguna de las tres. Todo va a un cajón de sastre titulado ”Silencio”.
Silencio es lo que yo recibo cuando solicito información sobre las obras que se van a ejecutar.
Silencio es lo que yo recibo cuando pregunto por el plan de asfalto de casi 3 millones de euros.
Silencio es lo que yo recibo cuando quiero respuestas sobre algún expediente en concreto para poder fiscalizar.
Silencio es lo que yo recibo cuando quiero hacer mi trabajo bien y no me dejan.
Silencio, silencio y mas silencio… pues siento decir que el que calla otorga. Aún más, esta que está aquí no quiere callar, quiere hablar y que la escuchen, al igual que cada uno de los ciudadanos que veo y escucho por el municipio y que necesitan ser escuchados. Como cuando ellos nos escucharon a nosotros al pedirles su confianza y la depositaron en las urnas.
Por lo tanto, creo que ya es hora de cerrar este capítulo y avanzar, demostrar que sí existe la transparecía, aunque algunos no la quieran ejercer.