Durante tres semanas, quienes apoyamos al Gobierno desde los grupos parlamentarios del PSOE en el Congreso y en el Senado, por responsabilidad, hemos asistido en silencio y confinados en nuestras casas a la propagación del virus del odio, la mentira y la manipulación. Este mal es un viejo conocido de las democracias. Sabemos cómo ataca, cómo trata de inocularse en el tejido social y cómo, envuelto en la nada patriótica bandera del cuanto peor mejor, dice al mismo tiempo una cosa y su contraria para llegar al poder. Para usurparlo si fuera preciso.
Sabemos por experiencia que, en efecto, son capaces de todo con tal de erosionar al Gobierno, aunque con esa actitud desmoralicen a la población y provoquen un injusto descrédito de las instituciones y los servidores públicos. Lo que sea en vez de empujar juntos en la misma dirección. Durante casi tres semanas, en medio de un escenario inimaginable y casi apocalíptico ocasionado por la pandemia del COVID-19, hemos visto la cruel campaña desestabilización que diariamente está llevando a cabo la derecha política y mediática en todos los foros públicos.
Ante esta situación nunca vista hasta ahora, el presidente Pedro Sánchez les ha invitado a una unidad de acción, a remar en la misma dirección, como se hizo tras la crisis del petróleo al comienzo de la transición política española. Su respuesta consiste en tergiversar la historia —qué raro— para hacernos creer que se suman a un pacto de Estado cuando, en realidad, desearían gobiernos de concentración y otras ocurrencias por el estilo. Su respuesta es una nueva intentona de derribar este Gobierno surgido de las urnas y formado por el PSOE y UP.
No importa. Seguiremos tendiendo la mano y reclamando lealtad institucional en este tiempo extraordinario, a pesar de que nos topemos una y otra vez con su mezquino afán de auparse en el poder a cualquier precio. Lo haremos aunque no les importe hacer política de bajo vuelo con el dolor y el sufrimiento de todo un país, casi del mundo entero a medida que pasan los días. Continuaremos haciéndolo aunque sigamos escuchando sus mentiras y asistiendo a sus deslealtades hacia esta España diversa y todos sus habitantes.
¿Reeditar unos Pactos de la Moncloa en 2020? ¡Claro que sí! ¿Un gran acuerdo, un gran pacto de Estado suscrito entre Gobierno, oposición, patronal y sindicatos en una situación de emergencia española, europea y planetaria? ¡Por supuesto! Es lo que se espera de todos nosotros. Ahora bien, cada uno desde el lugar que ocupa en el entramado político-institucional, económico y social. El Gobierno, desde el Gobierno; los partidos de la oposición, desde la oposición; y los agentes económicos y sociales desde su legítimo lugar. Y con el respaldo de todos los mecanismos establecidos en el contrato de constitución de la Unión Europea, claro está.
Fco. Manuel Fajardo Palarea
Senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa