El Gobierno español y la mayoría de las fuerzas políticas y la sociedad estamos en sintonía con este momento histórico que reclama que la vieja Europa se reconvierta definitivamente en los Estados Unidos de Europa, profundizando para ello en los mecanismos de los que se ha dotado la propia Unión. Como es sabido, la canciller Merkel y el presidente Macron han anunciado que propondrán la creación de un fondo de recuperación dotado de 750.000 millones de euros para reactivar la economía y coordinar los esfuerzos sanitarios contra la pandemia. De esa cantidad, nuestro país obtendría 77.000 millones en forma de transferencias a fondo perdido y 63.000 millones en forma de préstamos.
Después de Italia, España será la gran beneficiaria de esos fondos extraordinarios, pero hay quien no se alegra. Por fortuna, la extrema derecha española no tiene ningún predicamento ante líderes de la talla de Merkel y Macron, quienes, junto a Pedro Sánchez y otros jefes de Estado y de Gobierno, tratan de resituar a la Unión Europea (UE) en el papel histórico que le corresponde desempeñar para combatir con éxito las gravísimas secuelas económicas y sociales que está ocasionando la covid-19. Pero, al paso que va, lo mismo podría ocurrirle al Partido Popular si persiste en su obstinación de ejercer de telonero de la ultraderecha en lugar de moderarse y recuperar el espacio político conservador homologado en la eurozona.
El fondo no llega hasta los 1,5 billones de euros que propuso España, de acuerdo; y la Unión aún debe dar otros pasos en la misma dirección, también de acuerdo. Ahora bien, es innegable que la respuesta europea al coronavirus está en plena sintonía con los grandes ejes que hemos definido en nuestro país y que se debaten en la Comisión de Reconstrucción creada en el Congreso de los Diputados: salud pública, reactivación económica, soberanía industrial, y transición ecológica y digital. Hay motivos para ser optimistas porque los avances son evidentes, mal que les pese a los agoreros y a los patriotas de caldero, descapotable de alta gama y verbo provocador e incendiario.
Reconociendo que estas buenas perspectivas aún han de concretarse, parece que a la oposición le fastidia que la Unión Europea atienda las reclamaciones españolas. Parece que le importuna que España tenga una interlocución directa con el corazón político de la Unión. Parece que le incomoda que este país casi no registre muertes, sea capaz de vencer a la pandemia y encamine su rumbo en superar la crisis económica y social con esfuerzo y sacrificio y con un proyecto claro de modernización del Estado.
¿Acaso les reconcome que la UE respalde el quehacer de nuestro Gobierno? Porque lejos de acontecer el apocalipsis, una amplia mayoría de la población ha dejado de lado la mezquindad para arrimar el hombro y superar esta catástrofe que nos ha tocado vivir. Quizá les martiriza que no se descomponga el viejo sueño europeo, ni que surjan otros sucedáneos de Brexit aquí y allá, y que, muy al contrario, vaya cuajando una idea que consiste en decir: adiós Europa, hola Unión Europea. Pero, todo hay que decirlo, lo que menos les gusta es que el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos haya anunciado una Ley contra el Fraude Fiscal que ponga fin a los privilegios, equipare a toda la ciudadanía y paguen más impuestos quienes más tienen.
Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.