Las mujeres están desempeñando un papel protagonista en defensa de la salud pública y para salvar vidas en estos tiempos tan difíciles de lucha contra la Covid-19. Lo hacen junto a muchísimos hombres, es verdad, pero en estos terrenos creo que las mujeres siempre hemos demostrado que solemos estar un paso por delante. Quisiera poner este hecho en valor cuando estamos a punto de conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que se instauró para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y para reclamar políticas para su erradicación.
Cuando se trata de la salud, la educación, la naturaleza o el cuidado de los ancianos, los niños, los desvalidos o los discapacitados, ahí siempre están las mujeres. No entro a valorar ahora qué hay de cultural o patriarcal en esta realidad, pero el caso es que estas tareas no reconocidas, valoradas ni remuneradas hasta hace bien poco han ido adquiriendo, afortunadamente, el estatus económico y social que merecen debido a las conquistas que las mujeres hemos ido consiguiendo. No obstante, queda aún mucho camino por recorrer y, por eso, hay que acelerar el paso para alcanzar un país igualitario lo más pronto posible.
Cuando se supere la pandemia, estoy segura de que el proceso de reconstrucción de nuestra economía requerirá enmendar la desigualdad social y detener y revertir el cataclismo ambiental que se cierne sobre el planeta. Estas dos tareas descomunales tendremos que abordarlas al mismo tiempo, pero, dado que hemos convertido al personal sanitario en nuestros héroes, debemos recordar que el sanitario es sobre todo un mundo femenino, ya que siete de cada diez personas ocupadas en el sector son mujeres. Con esto quiero subrayar que la igualdad debe ser uno de los pilares de la reactivación social y económica de nuestro país.
La autonomía y la independencia económica son indispensables para la libertad de las mujeres, así que estoy convencida de que la reconstrucción de la sociedad post Covid-19 ha de hacerse sobre bases que garanticen la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación. A su vez, esto supone garantizar las condiciones de acceso, permanencia y promoción de las mujeres en el mercado de trabajo e incidir en la brecha salarial. Y, por supuesto, avanzar hacia la igualdad también nos exige hacer más, muchísimo más, por erradicar la violencia machista.
Infinidad de mujeres están en primera línea combatiendo al coronavirus —junto a muchísimos hombres, insisto—, pero muchas veces me pregunto si más adelante, cuando pase la pandemia, no haríamos lo correcto dejando el destino de la humanidad mayoritariamente en manos de mujeres. Porque ahora mismo, otra vez, están dando una lección magistral sobre cómo hay que enfrentarse a una crisis casi apocalíptica, a pesar de que todavía, lamentablemente, persiste la violencia contra la mujer.
Ariagona González, diputada nacional del PSOE y consejera de Industria y Energía del Cabildo de Lanzarote.