El pasado 29 de enero se presentó al Pleno del Ayuntamiento de Arrecife la propuesta de aprobación inicial de la nueva ordenanza de actividades en la vía pública. La principal novedad de ese documento consiste en haber introducido una sección específica que regula los eventos audiovisuales.
Aunque pueda parecer una aportación de escasa relevancia, lo cierto es que contribuye a reflexionar sobre el enorme potencial que tiene, y siempre tuvo, nuestra isla en múltiples sectores.
A nadie se le esconde que Lanzarote es uno de los destinos turísticos preferidos por el mundo entero por la belleza y la singularidad de su paisaje pero también por el valor añadido de su clima, gastronomía, cultura y folclor. Hasta hace un año, sin embargo, era imposible imaginar que veríamos a la isla sin un solo turista: la pandemia por coronavirus de repente nos ha devuelto bruscamente a la realidad, y la realidad es que el turismo no puede ser la única fuente de economía de Lanzarote. Y aunque siempre ha existido el debate sobre la necesidad de diferenciar las actividades económicas de nuestro territorio, desde luego ahora es urgente e ineludible poner en marcha canales de desarrollo para nuevas industrias.
El sector audiovisual ofrece sin duda una potencial fuente de ingresos muy interesante. Desde hace años, Lanzarote encandila productores cinematográficos, publicitarios, fotógrafos y diseñadores de moda. Cada vez que eligen a nuestra isla para uno de sus catálogos, spots o películas, automáticamente se ponen en marcha una cantidad de profesionales complementarios como estilistas, maquilladores, agencias de modelos, catering, empresas de luz y sonido y un largo etcétera que supone economía para la isla. En la vecina isla de Fuerteventura incluso están debatiendo sobre la creación de una estructura fija destinada a ese tipo de industria, señal de que se trata de una tendencia que no podemos ignorar y dejar escapar.
Y hablando de tendencias, una vez más, gracias o por culpa (según se analice) del coronavirus, el teletrabajo está viviendo su momento de gloria con implicaciones tan positivas como una mejor conciliación familiar, un mayor ahorro energético, una mayor productividad y la aparición de los denominados ‘nómadas tecnológicos’, personas que pueden trabajar a miles de kilómetros de sus lugares de origen, que suelen tener un alto poder adquisitivo y que, desde luego, prefieren trabajar en las mejores condiciones climatológicas. Lanzarote, de nuevo, ofrece el paquete completo y fomentar ese tipo de presencia en la isla puede ser, sin duda, una fuente alternativa de economía, pues activan la hostelería, el mercado inmobiliario, el comercio y el ocio.
Es vital ampliar horizontes, estudiar los diferentes mercados y tendencias pero, sobre todo, hacerlo partiendo siempre de la base del respeto a nuestra isla y a su idiosincrasia.
Nova María Kirkpatrick, concejala de Actividades y Responsabilidad Patrimonial por el PSOE en el Ayuntamiento de Arrecife