Lanzarote ha sido pionera en la contención del crecimiento urbanístico, la preservación del medio natural, la protección de los paisajes y la defensa del territorio.
Si inicialmente se trataba tan solo de una reacción a lo que se percibía como crecimiento desmesurado, a lo largo de estos años la ciudadanía ha ido convirtiéndose en más exigente, entendiendo que se trata de conseguir que la actividad económica se subordine a toda una serie de principios que sitúan a las personas como centro de todas las políticas.
Así, el desarrollo sostenible pretende compatibilizar la conservación del medio con el proporcionar oportunidades que permitan mejorar las condiciones de vida de la población que lo habita.
El PSOE ha jugado un papel fundamental en contribuir a crear la conciencia de la sostenibilidad en la sociedad insular y ha sido el máximo garante de esas aspiraciones en las instituciones.
Esas aspiraciones en pos de un desarrollo sostenible chocaron desde el primer momento con la incomprensión de algunos y, sobre todo, con los intereses concretos de unos pocos.
Sin embargo, a día de hoy nadie discute la imperiosa necesidad de suscribir los Objetivos del Desarrollo Sostenible que constituyen un reto de primer nivel abanderado por la propia ONU y que tiene todo el encaje en las políticas europeas, estatales y autonómicas.