Lo vivido esta semana en la Comunidad de Madrid es algo que debería avergonzarnos. Lo que en otros territorios no es discutible, en Madrid forma parte del debate central de la sesión. Sí, hablamos de la derogación de las leyes que amparan los derechos del colectivo LGTBI, que pretendía llevar a cabo VOX, con el apoyo del Partido Popular. Una vez más, la ultraderecha ha vuelto a quedarse sola, aunque la abstención de los de Génova dejó claro que realmente no están tan distanciados y que, en cualquier momento, podrían llegar a un acuerdo, contrario a los intereses generales y a los avances registrados en materia de derechos.
Libertad también significa que una persona sea libre de amar a otra. Mientras algunos llaman ‘dictadura progre’ a la defensa de estos derechos, en sus programas mantienen la tesis de que el matrimonio no está hecho para personas del mismo sexo. Algo tan arcaico y vomitivo que debería generar rechazo. Cuando menos resulta curioso que, para el Partido Popular, que se llenaron la boca hablando de libertad en su campaña, la ultraderecha sea su socio para llegar a cualquier tipo de acuerdo.
Tampoco debería extrañarnos mucho si tenemos en cuenta que el Partido Popular ya votó en contra de la ley de matrimonio igualitario. Posteriormente, al ver la aceptación que tuvo en la sociedad, la quisieron hacer suya. No voy a tirar más de hemeroteca porque las incongruencias de un partido condenado por financiación irregular darían para escribir un libro que acabaría convirtiéndose en best seller.
En este caso, la izquierda no hemos tenido dudas y desde el PSOE seguiremos luchando por mantener vivo el valioso legado que nos dejó personas como Pedro Zerolo, incansable en su defensa de los derechos del colectivo LGTBI. Mientras tanto, Ayuso evitó el debate para asistir a la Escuela de Tauromaquia ‘José Cubero’. Ya sabemos su predilección por los toros y las cañas. Tampoco debe ser fácil asistir a un debate y decirle a tu mejor amigo que su propuesta no saldrá adelante, por ahora. Quizás cuando España dispute el Mundial de Catar sea buen momento.
Habrá que estar atentos, la película de la Comunidad de Madrid tiene más partes y nunca dejará de sorprendernos. Pero, lo que sí esta claro es que nos van a tener bien plantadas frente a sus intentos por llevarnos de regreso a la edad media. La libertad no se negocia.