Por Marcos Bergaz
Algunas cosas tengo claras. No es fácil ser Amancio Ortega, creador del grupo Inditex, con su archiconocida Zara. Ni tampoco atender a los millones de turistas que espero visiten este año Lanzarote. Ni mucho menos que una empresa, sea de restauración, hotelera, de comunicación o alquiler de coches sobreviva a varias generaciones.
El mérito es extraordinario. Más aún en un mundo globalizado, cambiante, que obliga a una constante puesta a punto. A una imperiosa actualización para satisfacer las necesidades de los clientes, administrados o turistas. El empresariado lanzaroteño y la propia isla han sido conscientes las últimas décadas y también en la actualidad.
Una nueva muestra es la pionera iniciativa “Unidad de impulso y dinamización de proyectos transformadores para la isla de Lanzarote” del Círculo de Empresarios de Lanzarote, que dio a conocer en el Castillo de San José el pasado jueves.
Una iniciativa que se merece una oportunidad porque se trata de una herramienta al servicio de los que apuesten por añadir valor a Lanzarote y las actividades que tienen lugar en ella.
La propuesta, sin duda, apoyará la innovación en aspectos irrenunciables como el I+D+i, la movilidad, la generación de empleo, lo verde, lo tecnológico, la atención al cliente, etc. Y ayudará al desarrollo de las ideas que el empresariado actual, los nuevos emprendedores y las administraciones pretendan implementar.
Más aún cuando al acercarse a la misma, se puede comprobar que se trata de una propuesta pensada, sólida, con vocación de futuro y necesaria. Más necesaria si cabe ante la gran oportunidad que como isla y sociedad tenemos con los fondos de recuperación que la Unión Europea destina a superar la crisis causada por la pandemia.
Todo un reto en el que lo privado y lo público, el empresariado y las Administraciones debemos dar lo mejor de nosotros mismos. Así debe ser y será para lograr aprovechar esta oportunidad que se nos presenta.
Y no, no es fácil ser Amancio Ortega, ni atender a los turistas que nos visitan, ni superar una empresa la segunda generación, pero con esfuerzo, talento y herramientas como la que nos presentó el Círculo es más sencillo.