Benjamín Perdomo: “¿Será que le da vergüenza posar con según qué nombres?”
El Grupo Socialista en el Cabildo de Lanzarote ha mostrado su sorpresa por la inusual discreción del presidente Oswaldo Betancort tras la reciente adquisición de El Mercadillo de la calle Real de Arrecife. Acostumbrados a ver cómo el presidente aprovecha cualquier compra pública para protagonizar su ya habitual sesión de fotos, el silencio en esta ocasión ha despertado curiosidad.
El consejero socialista Benjamín Perdomo no ha dudado en señalar la diferencia: “Cada vez que el Cabildo adquiere un inmueble, Oswaldo no pierde la oportunidad de posar para la foto de turno. ¿Acaso esta vez le da vergüenza informar de la compra de El Mercadillo, teniendo en cuenta quién es su propietario, Juan Francisco Rosa?”.
Desde el PSOE apuntan que, tratándose de una operación que en cualquier otra circunstancia Betancort no dudaría en promocionar, su falta de entusiasmo resulta llamativa. “Cuando se trata de hacerse publicidad, nunca falla. Pero parece que esta vez la cámara no estaba tan a mano. ¿Será que no le apetecía compartir escenario con según qué nombres?”, comentó Perdomo con sarcasmo.
Aunque este silencio no resulta del todo sorprendente, ya que Betancort ha demostrado que prefiere mantener un perfil bajo en este asunto. El Cabildo de Lanzarote, presidido por él, acordó el pasado 19 de noviembre, en una Junta de Gobierno de carácter extraordinario, comprar al empresario Juan Francisco Rosa el conocido Mercadillo de la calle Real, un inmueble que está propuesto para ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Sin embargo, de este acuerdo no se informó en su momento, a diferencia de otras adquisiciones recientes que sí contaron con amplia publicidad.
“Curiosamente, el Cabildo no tuvo reparos en anunciar la compra de la Casa del Cabrerón en la sesión del 19 de diciembre por 595.000 euros, ni en difundir a bombo y platillo la adquisición de 42 viviendas en Playa Blanca por 9,4 millones de euros el pasado 26 de diciembre”, recordó Perdomo.
El Grupo Socialista considera que la ciudadanía tiene derecho a preguntarse por qué el presidente, tan dado a la autopromoción, ha decidido pasar de puntillas por esta operación. “No sabemos si es vergüenza, prudencia o simplemente todos los escenarios no son igual de cómodos para él”, concluyó Perdomo.