El diputado socialista de Lanzarote, Miguel González, ha calificado como "muy peligrosa" la política del Partido Popular de culpabilizar al fenómeno inmigratorio de muchos de los problemas que soporta la sociedad española. Para el parlamentario nacional del PSOE, vocal de la Comisión de Trabajo e Inmigración del Congreso de los Diputados, "los mensajes contradictorios que lanza la derecha, con claros tintes xenófobos, no contribuyen a fomentar la convivencia pacífica entre los ciudadanos, independientemente de su origen, raza o religión que profesen, y parecen destinados a arrancar un puñado de votos alentando de forma mezquina las bajas pasiones de la gente".
Miguel González recuerda que durante la reciente tramitación parlamentaria de la nueva Ley de Extranjería en las Cortes Generales, el PP no presentó enmienda alguna destinada a autorizar a los ayuntamientos a no empadronar a inmigrantes en situación irregular. "Por eso es incomprensible que Rajoy y su partido se alarmen ahora de las supuestas deficiencias del texto legislativo, cuando durante los trabajos de elaboración de la ley no manifestaron inquietud alguna".
Para el diputado del PSOE, la Ley de Extranjería aprobada en el Congreso de los Diputados con el apoyo socialista, junto a CiU, PNV, CC y UPyD, mantiene las prioridades del Gobierno en materia de fomento de la convivencia y la integración social y amplía los derechos de los extranjeros vinculando la inmigración al trabajo legal. "Con esta ley, el Gobierno podrá canalizar de forma legal y ordenada los flujos migratorios y reforzará el estatuto de los inmigrantes reagrupados, además de aumentar la eficacia en la lucha contra las mafias que trafican con personas", aseguró Miguel González.
El parlamentario socialista reafirmó la posición de su partido en cuanto a los criterios que deben guiar toda política de inmigración: "la tolerancia, la solidaridad y la integración con los que vienen a vivir y a trabajar a nuestro país tienen que ser principios esenciales a la hora de plantearnos una convivencia estable y pacífica. Y bajo ningún concepto podemos permitir que se utilice a los inmigrantes como culpables de todos nuestros males, tal y como han hecho Sarkozy en Francia o Berlusconi en Italia con las catastróficas consecuencias que ha tenido esta actitud para la estabilidad social".