El PSOE considera una tomadura de pelo que Oswaldo Betancort se ponga medallas por cumplir con la legalidad urbanística

21/10/2025

“Es ridículo que el Presidente de un Cabildo intente hacer pasar una obligación legal por ejemplaridad”

El PSOE de Lanzarote ha calificado de “tomadura de pelo a la ciudadanía” las declaraciones del presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort, tras anunciar la denegación de una autorización turística en Playa Blanca amparándose en un informe negativo del Ayuntamiento de Yaiza.

Betancort aseguró que esta decisión “demuestra el compromiso del Cabildo con la seguridad jurídica y con un modelo territorial responsable”, y afirmó que “no se trata de estar a favor o en contra de proyectos concretos, sino de garantizar que cualquier desarrollo respete la normativa y la capacidad de carga del territorio”.

Para los socialistas, resulta ridículo e impropio de la institución insular intentar confundir con lo que es el mero cumplimiento de la ley y hacerlo pasar  por una política de contención, pretendiendo pintar una obligación administrativa  como un gesto de ejemplaridad.

“Cumplir la normativa urbanística no es una opción, es una exigencia legal. Y que el presidente del Cabildo presente una decisión obligada como muestra de responsabilidad solo demuestra hasta qué punto están vaciando de seriedad y rigor a la institución”, señaló la secretaria general del PSOE de Lanzarote y diputada en el Congreso, María Dolores Corujo.

Corujo también recordó que no puede hablar de contención quien ha autorizado más de ocho licencias turísticas en menos de dos años, quien ha permitido que la vivienda vacacional aumente un 80% desde que gobierna y quien aprobó el inicio del expediente para autorizar la clasificación turística provisional del hotel ilegal Sandos Papagayo Arenas.

“En el caso del Papagayo Arena, Betancort sí debió recordar que el planeamiento y la ley están para cumplirse, no para adaptarlos al interés de cada promotor”, subrayó Corujo.

Corujo advirtió que este tipo de declaraciones “evidencian una preocupante falta de rigor institucional y un uso frívolo del papel del Cabildo, que no puede seguir convirtiéndose en escenario de improvisaciones ni en altavoz de ocurrencias mediáticas”.

“El Cabildo de Lanzarote merece altura política, respeto a la legalidad y una visión de isla que vaya más allá del titular fácil. Lanzarote necesita instituciones serias y dirigentes a la altura, no responsables públicos que se felicitan por hacer lo que la ley les exige”, concluyó Corujo.