Si algo nos ha demostrado la crisis es que no hay nada conquistado. Si a la crisis se le suma una gestión ideológica de derechas, se quiebra brutalmente el sueño que un día acariciamos, la ilusión de que las conquistas sociales eran nuestras y habían llegado para quedarse. Para nosotras, para nuestras hijas y nuestras nietas.
El desmantelamiento de lo público golpea a los colectivos y personas más débiles, que cada vez son, somos, más. Nadie está a salvo, todos y todas tenemos amistades y familiares que han visto cómo se rompe su proyecto de vida para pasar a formar parte de esa dolorosa estadística de más de seis millones de desempleados.
Ese escenario de extrema dureza lleva implícito un plus de sufrimiento para las mujeres. A las discriminaciones salariales, profesionales, al acoso laboral, a la doble jornada en el hogar, se suma hoy el abandono de las políticas de igualdad y de dependencia.
Hemos aprendido, dolorosamente, que la igualdad no se materializa por su reconocimiento en la Constitución, que la consagración de un derecho ha de tener el soporte de políticas activas que traduzcan el deseo en realidad. Sabemos que para frenar el machismo criminal son necesarias medidas concretas de protección, de concienciación, de normalización de la vida de la víctima.
Sin embargo, los Presupuestos Generales del Estado para 2013 han disminuido la partida destinada a la prevención integral contra la violencia de género en un 27 por ciento, mientras que la renta activa de inserción, que garantiza el apoyo a la víctima, ha visto disminuir su cuantía en un 70 por ciento.
Por esta razón, ante el abandono de las políticas de igualdad, este 8 de marzo cobra aún mayor importancia. La austeridad está siendo utilizada por el gobierno del Partido Popular como coartada para el desmantelamiento de todo aquello en lo que no cree, especialmente en lo que se refiere a la igualdad entre hombres y mujeres.
Las declaraciones sobre las “falsas denuncias” del diputado de UpyD, la marca blanca de la derecha española, y la negativa del PP a su reprobación, no son una simple anécdota. Al contrario, demuestran que no es tan solo cuestión de restricciones presupuestarias: es una decisión de carácter ideológico.
Como mujer y como socialista, he recibido con enorme satisfacción cada paso dado hacia la consecución de la igualdad entre los géneros, fundamentalmente gracias a gobiernos socialistas. Pero no oculto que estos avances no me han impedido en ningún caso sentir que todavía necesitábamos hacer más.
Ahora, sometidos y sometidas a esta contrarreforma social del Partido Popular, se hace más necesario que nunca que los hombres y mujeres progresistas empeñemos nuestro esfuerzo en la defensa de las conquistas sociales, de esos derechos que día a día, decreto a decreto, nos pretenden arrebatar.
Por eso, este 8 de marzo, las mujeres y los hombres socialistas vamos a salir a la calle con un mensaje muy claro: En igualdad, ni un paso atrás.
María Dolores Corujo
Secretaria General de los Socialistas de Lanzarote