Una de las primeras medidas que ha aprobado el nuevo presidente del Cabildo de Lanzarote ha sido la de subirse el sueldo, y no lo ha hecho de manera moderada, sino casi doblando el anterior. La verdad que está muy bien eso de ser dueño de su propio salario, me pregunto cuántas plantillas querrían esa facilidad para pactar la mejora de sus convenios.
Casi 93.000 euros al año no está mal. Sobre todo teniendo en cuenta que es una cifra superior a la que cobra el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y la que percibí yo misma como presidenta insular. Nada más aterrizar, le concede a la ciudadanía lanzaroteña, cual adalid democrático, el “privilegio” de decidir si se sube su salario entre los 87.000 y 104.000 euros, con hasta cuatro opciones entre las dos cantidades.
Esta desmesurada subida situaría el sueldo de Oswaldo Betancort en los 92.928 euros, y superaría en 3.000 euros el sueldo del presidente del Gobierno de España.
Si los cobra alguien cuyo partido apoya las tesis de sus compañeros de gobierno en muchas de las instituciones públicas de este país, que consideran peligroso para la economía nacional un salario mínimo de 14.000 euros, habría mucho que hablar y qué pensar.
Después de anunciar estos días en el Pleno insular que sometería esta subida de sueldo a una consulta popular de 48 horas a través del Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote, ahora, tras el escándalo en el que se ha visto envuelto, se desdice y anuncia que lo cambiará por una encuesta telefónica a 300 residentes de la isla.
Un cambio de criterio que se debe también a que desde el PSOE registramos una petición de información sobre la normativa que ampara este tipo de consultas, y cuál es el órgano competente para realizarla. También hemos pedido información sobre el plazo y el mecanismo de la convocatoria, así como cuáles son los elementos de control que permitan garantizar la ausencia de cualquier alteración de sus resultados.
Ante esto, Betancort se ha visto forzado a continuar con su estrategia de huida permanente, y ha recurrido al criterio de supuestos expertos para tratar de justificar su escandalosa subida de sueldo con una encuesta telefónica.
No hace falta consulta popular. Que se ponga el mismo sueldo que el anterior, con un incremento razonable, y no tendrá que quejarse de las críticas recibidas en la calle y en toda la prensa nacional.
Se dice que el trabajo de un representante público es muy importante, y que una contraprestación como la que pretende autoasignarse Oswaldo Betancort es adecuada a la responsabilidad que supone regir los destinos de nuestra isla. Por comparación, podríamos decir que los 90.000 euros de Pedro Sánchez son una minucia, porque de él depende todo un país.
Se nota que su estipendio por representar a la ciudadanía de Lanzarote no es suficiente para que lo que él y su partido consideran sus méritos.
Lo de esa consulta es un escándalo y un esperpento. No sólo porque se trata a la ciudadanía de Lanzarote como ignorantes. Primero, se sacan de la manga una reforma innecesaria, puro despilfarro, simplemente por intereses de un mandatario necesitado de inventos, y luego, para que la gente crea que al Cabildo insular le interesa su opinión, plantean una consulta popular en la que hay que escoger entre tres opciones.
Ya es demencial que nada más llegar al cargo, decidan sobre cuestiones de este tipo como las primeras que necesitan nuestras vecinas y vecinos. Un bochornoso espectáculo el que está protagonizando el presidente a tan solo 20 días de su toma de posesión. Lo de CC es populismo rastrero.
*María Dolores Corujo
*Secretaria general del PSOE en Lanzarote