El blog de Miguel González

Para los que compartimos la teoría de que el Partido Popular de Lanzarote no existe, simplemente subsiste, es una auténtica sorpresa conocer su iniciativa destinada a nombrar "Hijo Predilecto" de la isla al ex presidente del Cabildo, Nicolás de Páiz.

Según determinados medios de comunicación de Canarias, los únicos dos representantes de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados serán fundamentales para que el PSOE transite con serenidad a lo largo de la IX Legislatura. ¿Fundamentales? ¿Seguro? Mis dudas las planteo porque a poco que la dirección del Grupo Parlamentario Socialista establezca consensos sólidos con Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Cataluña y Bloque Nacionalista Gallego, la presencia de Oramas y Perestelo en el hemiciclo se difuminará hacia la nada más absoluta en la política española.

La fotografía que publica EL PAÍS en su portada del domingo 5 de abril es antológica: Rajoy alucina contemplando a la secretaria general del PSOE, Leire Pajín, que canta La Internacional puño en alto en la clausura del congreso de UGT. Soraya Sáenz de Santamaría mira al frente, aguantando el tirón, pero su jefe de filas pone cara de "¡qué hago yo aquí, rodeado de rojos!". Genial la foto de EL PAÍS, que pone de manifiesto más que nunca el tópico de una imagen vale más que mil palabras.

El grupo de empresarios que hace algunos días intentó extorsionar de manera zafia y casposa al conjunto de la sociedad insular, exigiendo el cierre de los Centros Turísticos del Cabildo de Lanzarote, del Teatro Insular, del Centro Insular de Cultura “El Almacén”, de la Fundación César Manrique y de no se cuántos establecimientos más, muestra su dolor en un comunicado público y se manifiesta “hartos” del Cabildo y, me temo que, por extensión, del PSOE.

Loly Luzardo, Paco Cabrera y Cándido Reguera se fueron un día a Madrid y allí le implantaron a cada uno un chip en toda la base del cerebelo en un laboratorio de nanotecnología sito en la calle Génova. Es un chip prodigioso, que se activa misteriosamente cada vez que Acebes y Zaplana salen por la tele y cuyas ondas magnéticas recorren miles de kilómetros sobre el océano hasta aterrizar en Lanzarote.