El blog de Manuel Fajardo

La situación de la inmigración irregular hacia las Islas Canarias es insostenible. En este diagnóstico estamos de acuerdo todos en el archipiélago, pero no ahora, a la vista de los flujos de embarcaciones y personas a los que estamos asistiendo en esta temporada, sino hace ya mucho tiempo, desgraciadamente. En lo que discrepamos con algunos es en el significado profundo del problema y en la manera de afrontarlo, porque rechazamos el racismo y la xenofobia.

Los datos de contagios por coronavirus son preocupantes, por lo que las cosas no van bien en Lanzarote, en las Islas Canarias y en el conjunto del Estado. Y como volver a decretar un confinamiento puro y duro, como el que ya vivimos, no entra en los planes del Gobierno por ahora, no nos queda otra alternativa que aprender convivir con el coronavirus, aunque extremando mucho más las medidas higiénico-sanitarias y apelando todavía más a la responsabilidad personal. Este es el escenario que tenemos por delante a un par de semanas vista del comienzo del otoño.
    

A la mayoría no nos está resultando una tarea sencilla desenvolvernos cada día en esta época tan complicada que nos ha tocado vivir. La pandemia nos ha traído una crisis sanitaria, económica y social de proporciones inimaginables, pero no dejan de ser tres dimensiones de un problema que requiere esfuerzos asimismo descomunales para poder solucionarlo. Por eso, estoy convencido de que tenemos que dar lo mejor de nosotros si aspiramos a superar este episodio que está poniendo en un brete a toda la humanidad. 

Como a muchos españoles, sólo la lectura repetida del Artículo 1 de la Constitución me ha sacado de dudas para saber a ciencia cierta el siglo en que vivo, porque he llegado a cuestionarlo tras los últimos episodios conocidos en torno al anterior Jefe del Estado. “1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. 2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. 3.

El Gobierno de España está tratando de conseguir ante su homólogo británico corredores aéreos para los archipiélagos de Baleares y Canarias, un negociación que ya ha recibido las críticas injustificadas desde las filas del Partido Popular (PP). Ha sido la Vicesecretaría de Comunicación de los populares la que ha puesto en cuestión que se trate de salvar sólo a ambos archipiélagos de la cuarentena impuesta por Reino Unido, algo que nos interpela a los isleños y nos lleva a recurrir al manual básico que siempre llevamos encima para que se comprenda el hecho insular.

Parece que el miedo al otro, al pobre y migrante, rebrota entre muchos de nosotros ocasionando un daño enorme en el tejido social. Lo estamos viendo de variadas maneras en todos los rincones de nuestro país, incluido el pueblo de Máguez, cuya Aula de la Naturaleza ha venido siendo utilizada para acoger migrantes llegados en frágiles embarcaciones tras estallar la pandemia.

La situación que vivimos es tan excepcional, que necesitamos una gran cantidad de recursos extraordinarios para afrontar con garantías la reactivación económica y la protección social de los más vulnerables mientras combatimos la pandemia y esperamos por una vacuna. Así que no podemos conformarnos con las propuestas de austeridad que llegan desde algunos países de la Unión Europea. No podemos ni debemos resignarnos porque la austeridad no es la receta para superar esta enorme crisis. 

En materia de costas, el compromiso adquirido por el PSOE con la ciudadanía en las elecciones generales del año pasado consistía en actualizar la Ley de Costas ante la amenaza real que supone el cambio climático, para aumentar la protección y evitar que continúe la actual destrucción de ecosistemas costeros. Aquella responsabilidad que adquirimos se concreta en parte en el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que se está tramitando en el Congreso de los Diputados.

La agenda legislativa del Gobierno de coalición en nuestro país sigue su curso, a pesar de que las derechas intentan que pase desapercibida a base de ruidos, gritos y todo tipo de exabruptos. Hace dos semanas, la Mesa del Congreso de los Diputados acordó la tramitación del Proyecto de Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia Frente a la Violencia.

El fin del Estado de Alarma no significa el regreso a la normalidad de forma automática, como por arte de magia. Hemos sobrepasado la fase descontrolada y más agresiva de la pandemia, pero la covid-19 permanece entre nosotros y está causando un daño terrible en muchos países. Los menos desarrollados sufren por su débil sistema sanitario, pero algunas naciones desarrolladas padecen a líderes populistas e insensatos que intentan negar la realidad.